En los años sesenta era muy común encontrar en las librerías un producto infantojuvenil muy apreciado. Se trataba de unos libros de pequeño tamaño (20 x13 cm) que, además del texto escrito novelado, incluían cada dos o cuatro páginas pequeñas viñetas de cómic. Suponían un doble disfrute: primero leía el cómic y después pasaba a la lectura del texto. La trama era la misma, pero el texto aportaba mucho más que el cómic ya permitía desarrollar más la narración y los diálogos de los personajes. Aparte de los textos escolares, estos fueron nuestros primeros libros (míos y de mis hermanos), nuestras primeras lecturas de narraciones, más allá de los cuentos infantiles a base de ilustraciones y pequeños textos, y más allá, también, de los tebeos.
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Una muestra de las diferentes colecciones. Véase el detalle de página de texto combinada con otra de comic. |
La editorial Bruguera mantuvo varias colecciones diferentes con este formato. La Colección Héroes se centraba en las aventuras de personajes como Tarzan, Rin-Tin-Tin, El Capitán Trueno, Bronco, Bonanza (la serie de TV), Flecha Rota, Furia, David Crockett, Buffalo Bill, Robin Hood o Lassie (consultar más en el enlace https://www.tebeosfera.com/colecciones/heroes_1963_bruguera.html). La Colección Héroes pasó después a denominarse Héroes Selección, seleccionando sólo algunos personajes de la lista anterior y añadiendo otros nuevos como, por ejemplo, Viaje al fondo del Mar o Daniel Boone (se puede consultar en este enlace https://www.tebeosfera.com/colecciones/heroes_seleccion_1968_bruguera_-linea-.html).
La otra serie interesante, con el mismo formato, era la dedicada a adaptaciones de clásicos de la aventura o de la historia, la Colección Historias, que pronto pasó a ser la Colección Historias Selección (ver enlaces https://www.tebeosfera.com/colecciones/historias_seleccion_1966_bruguera_-linea-.html y https://www.tebeosfera.com/colecciones/historias_1955_bruguera.html).
Estos libros venían provistos de sobrecubiertas de papel couché brillante, y en la zona correspondiente al lomo era común presentar a los personajes principales. Se trataba de un producto de gran calidad formal, que llegaron a constituir un gran regalo con el que obsequiarnos en nuestra infancia. Por su buena presentación, estos libros eran expuestos por muchas librerías en sus escaparates, lo que nos entretenía mucho a los chicos en el camino de ida y vuelta al colegio.
Hay quien ha podido conservar estas colecciones y algunos títulos se pueden encontrar a la venta en Internet o en librerías de viejo. Por mi parte no conservo ninguno, aunque hace algunos años encontré un título en alguna feria del libro de ocasión y no pude resistirme a hacerme con él.
Bruguera contribuía así a nuestra educación no formal, introduciéndonos en la literatura juvenil con estas adaptaciones de clásicos y de aventuras. Cuando años después pudimos disfrutar con las narraciones originales de Verne, Stevenson o Salgari, ya estábamos advertidos de su interés por colecciones como éstas. Una vez más: Gracias, Bruguera.
La otra serie interesante, con el mismo formato, era la dedicada a adaptaciones de clásicos de la aventura o de la historia, la Colección Historias, que pronto pasó a ser la Colección Historias Selección (ver enlaces https://www.tebeosfera.com/colecciones/historias_seleccion_1966_bruguera_-linea-.html y https://www.tebeosfera.com/colecciones/historias_1955_bruguera.html).
Estos libros venían provistos de sobrecubiertas de papel couché brillante, y en la zona correspondiente al lomo era común presentar a los personajes principales. Se trataba de un producto de gran calidad formal, que llegaron a constituir un gran regalo con el que obsequiarnos en nuestra infancia. Por su buena presentación, estos libros eran expuestos por muchas librerías en sus escaparates, lo que nos entretenía mucho a los chicos en el camino de ida y vuelta al colegio.
Hay quien ha podido conservar estas colecciones y algunos títulos se pueden encontrar a la venta en Internet o en librerías de viejo. Por mi parte no conservo ninguno, aunque hace algunos años encontré un título en alguna feria del libro de ocasión y no pude resistirme a hacerme con él.
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Mi ejemplar para el recuerdo. |
Bruguera contribuía así a nuestra educación no formal, introduciéndonos en la literatura juvenil con estas adaptaciones de clásicos y de aventuras. Cuando años después pudimos disfrutar con las narraciones originales de Verne, Stevenson o Salgari, ya estábamos advertidos de su interés por colecciones como éstas. Una vez más: Gracias, Bruguera.